Una industria de la construcción cada vez más electrificada

A pesar de los desafíos tecnológicos, la industria de la construcción se está moviendo rápido en el sentido de la electrificación.

Existe hoy una marcada tendencia a electrificar todo, es decir, sustituir máquinas y aparatos que para obtener la potencia que necesitan para funcionar utilizan algún combustible, por otros que utilicen electricidad. Y esto está causando un impacto de gran magnitud en muchos aspectos de nuestra vida diaria.

Este cambio nos parece muy positivo, debido principalmente a que, por regla general, un aparato que usa electricidad será energéticamente más eficiente que su símil de combustible, aunque hay algunas excepciones. El caso es que esta tendencia se está acelerando e impondrá con toda seguridad presiones quizá no previstas en la demanda de electricidad, que crecerá a un ritmo sensiblemente mayor al de poblacional. Y la única manera de afrontar este desafío sin ocasionar problemas en el servicio hacia los usuarios, será contemplando el reforzamiento de las líneas de transmisión y distribución, realizando cambios a la configuración actual de las redes, e incorporando fuentes de generación, especialmente limpias y renovables, que ahora ya son además las de menor costo, contribuyendo así a incrementar la competitividad.

Mientras más grande es una máquina, y más esforzado el trabajo que realiza, su demanda de potencia será más alta, lo que dificulta satisfacerla con electricidad. Esto tiene especial relevancia en la industria de la construcción, que utiliza de manera regular máquinas de toda la gama de tamaños, desde muy pequeñas herramientas hasta gigantescas excavadoras o camiones mineros. A pesar de los desafíos tecnológicos, la industria se está moviendo rápido en el sentido de la electrificación.

Volvo Construction Equipment acaba de lanzar el pasado 7 de octubre tres nuevas máquinas eléctricas, dos excavadoras y una cargadora sobre ruedas, que sumadas a las dos con las que ya contaba, ahora ofrece cinco máquinas 100 por ciento eléctricas, con lo que, según ha dicho su presidente Melker Jernberg, “tiene la gama más amplia de máquinas eléctricas en la industria”, además de considerar que en este viaje hacia la electromovilidad, el cambio climático es el mayor desafío que enfrentan.

La alemana Wacker Neuson, fabricante de equipo pequeño y mediano para la construcción, lanzó en agosto una nueva serie de placas compactadoras vibratorias, que incluye tres modelos eléctricos, para lograr un trabajo completamente libre de emisiones, que además representa ahorros energéticos de alrededor de 70 por ciento. Además, sus equipos incorporan una batería de diseño modular, remplazable sin herramientas, que puede intercambiarse con otras máquinas eléctricas de la misma o inclusive de otras marcas. Esto sin duda alguna ocasionará una mayor facilidad de operación, eliminando el uso, almacenamiento y gestión de materiales y sustancias peligrosas en las obras, mientras tiene también un impacto benéfico en la salud y seguridad de los obreros de la construcción, y elimina otros riesgos asociados.

En Las Vegas, durante la ConExpo 2020, CASE presentó una retroexcavadora eléctrica, que no solamente ofrece la ventaja de las cero emisiones, sino que posee costos operativos diarios más bajos que otras similares de la misma marca, que funcionan con diésel. En enero de este año, esta máquina fue galardonada con el premio al buen diseño, que otorgan el Chicago Athenaeum Museum of Architecture and Design y la Metropolitan Arts Press, que reconocen los diseños industriales, de producto y gráficos, más innovadores y revolucionarios del mundo.

JCB, otra empresa relevante del sector, presentó a finales de 2020 su primer manipulador telescópico, y un ‘dumper’ de obra, una especie de carretilla motorizada para movimiento interno de materiales, completamente eléctricos.

La china Sany dio a conocer el año pasado dos modelos de enormes camiones mineros, que además de ser eléctricos, son operados de manera remota sin necesidad de tripulantes. Estos avances tecnológicos brindan una mayor seguridad tanto a los equipos, como a los obreros que las operan en estos ambientes de muy alto riesgo.

De modo que la industria de la construcción se está moviendo, y lo está haciendo rápidamente, en la dirección correcta para alcanzar, en un plazo razonable, la descarbonización. Es tan amplia esta industria, que será necesario incrementar más aún esta velocidad de los avances tecnológicos, a la par que se desarrollan unidades portátiles de carga de baterías con energía renovable, que pueden ser muy útiles en regiones apartadas en las que no existen redes eléctricas, pero tampoco fuentes fiables de abastecimiento de combustibles, y resolver otros obstáculos logísticos y operativos. La emergencia climática a la que nos enfrentamos, obliga a enfocarse en este tipo de soluciones, que serán el estándar en un futuro próximo.

Raúl Asís Monforte González.

presidente@amer.mx